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El MAS reabre sus puertas después de las obras de reforma con una selección de sus mejores obras.
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Documento de trabajo del MAS que desde mediados de los noventa del siglo XX se desarrolla y actualiza de acuerdo a los nuevos contextos.
COLECTIVA
Pintura de Cantabria 1979-1999. Transición y postransición
El MAS, Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander y Cantabria, inaugura la exposición temporal “Experiencias 5” con fondos de su colección, en las plantas 0 y 1. Producida y organizada por el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander y Cantabria y comisariada por Salvador Carretero e Isabel Portilla, la muestra la componen obras de arte contemporáneo regionales, nacionales e internacionales pertenecientes a la propia colección del MAS. El proyecto, concebido para ser expuesto en las Plantas 0 y 1 del MAS, está integrado por obras de los siguientes creadores: Pedro Carrera, Victoria Civera, Pilar Cossío, Esteban de la Foz, Manuel Fernández Saro, José Gallego, José Antonio Gómez Bueno, Emilio González Sainz, Eduardo Gruber, Jesús Hoyos Arribas, Puchi Incera, Carlos Limorti, Joaquín Martínez Cano, Julio Maruri, José Luis Mazarío, Antonio Mesones, Juan Mons, Juan Navarro Baldeweg, Jesús Alberto Pérez Castaños, Rafael Leonardo Setién, Juan Uslé, Xesús Vázquez, Eloy Velázquez y Nacho Zubelzu.
EXPERIENCIAS 5.
Pintura de Cantabria 1979-1999. Transición y postransición.
Comisarios: Salvador Carretero e Isabel Portilla. Texto: Salvador Carretero.
Todos los niños del mundo pintan y dibujan en cuanto son capaces de coger un lápiz o cualquier artilugio que manche...; el soporte es indiferente, porque hasta la pared de un pasillo o de un salón es útil para eso, manchar; a veces, sin el instrumento y a las bravas.... Esto es un signo inequívoco de que la pintura ni ha muerto, ni está muerta, ni morirá jamás. La tópica frase de “la pintura ha muerto” lleva coleando siglos, pero nadie es capaz de enterrarla, porque esto no es posible; es más, dicha creencia se ubica en el territorio del más absoluto desconocimiento artístico y creativo. El enriquecimiento de soportes como medio para materializar, o no, la creatividad a través de los cuales contar, o no, relatos o meras inquietudes, o nada, no es óbice para constatar que el soporte pictórico o de manchado original bidimensional estará siempre ahí. Esta exposición temporal con obras del propio MAS es evidencia de lo que acabamos de decir, no necesitando más argumentos; este proyecto es una nueva ocasión para disfrutar de la pintura.
El MAS ha querido organizar una revisitación de lo que es la pintura de Cantabria entre los años 1979 y 1999, desde sus fondos, desde su propia colección, una revisión pictórica de las dos últimas décadas del pasado milenio, acotando de alguna forma lo que es una década de transición y otra de postransición. Se ha de considerar que no se trata de la revisión ni de la revisitación. Entre otras cuestiones, la propia colección y, sobre todo, el espacio impide poder exhibir más obras, pero la síntesis que se presenta es oportuna y significativa. Las ausencias por este motivo son muchas, pero tampoco hemos pretendido llevar a término una relación y muestra enciclopédica (en este sentido se puede consultar una bibliografía que se cita).
Desde mediados de los setenta y desde la muerte del dictador, hasta pasada más de una década, asistimos a la transición del arte en Cantabria de forma especialmente interesante. En casa, en Santander, un formidable artista sirve de gozne fundamental a la hora de analizar este período:Esteban de la Foz (Santander, 1924-2007). Su concepto y perpetua vanguardia, siempre le ha situado en otro territorio creativo, en el de la contemporaneidad y actualidad, sabiendo incluso asumir las modas y modos cosmopolitas, internacionales, con naturalidad, autenticidad y enorme calidad. De la Foz encarna la prototransición –es un transistor genial- y es artista clave en el acontecer artístico en la propia región, al erigirse en epicentro analítico y ponderado del desarrollo artístico de Cantabria, y cuya calidad excede, con mucho, lo autóctono. Pasa de un informalismo ponderado y controlado, huido, a la salvaje espontaneidad de pintar; y en él se miran no pocos pintores transicionales. El MAS tiene la fortuna de contar con un puñado de excelentes pinturas de esta época.
Fuera de Cantabria, muy fuera, encontramos a tres artistas también claves en orden a cuestiones bien diferentes: Juan Navarro Baldeweg (Santander, 1939), Julio Maruri (Santander, 1920) y Carlos Sansegundo (Santander, 1930-Palma de Mallorca, 2010). Los dos últimos han sido recuperados artística y científicamente por el MAS no hace mucho tiempo, protagonizando lo genial y científico del primero, lo informalista y tardoinformalista europeísta del segundo, y lo originariamente pop del tercero. Los dos primeros están representados en la exposición con piezas relevantes. Baldeweg con Retrato (1999) pintura que fue adquirida hace pocos años e importante en el contexto de la trayectoria del artista humanista. Maruri con una de sus tres grandes Escalas (1995) que en la muestra que se le dedicó emergía con la magia de su poeta. Y Sansegundo lo está en la colección Travesía, poseyendo el MAS tres excelentes lienzos donados generosamente por él.
Pues bien, con la transición, un puñado de nuevos pintores irrumpe de forma harto interesante en el panorama artístico de la ciudad y región. Cinco importantes coprotagonistas transicionales son Juan Uslé (Santander, 1954), Victoria Civera (Puerto de Sagunto, Valencia, 1955), Xesús Vázquez (Orense, 1946), Joaquín Martínez Cano (Noja, Cantabria, 1953) y Carlos Limorti (Santander, 1956), a quien siempre injustamente se le suele omitir. Conceptos de la Pintura-Pintura quizá adquiridos con la presencia de parte del grupo de Trama en Santander en 1977 en un curso de la UIMP, además de la propia información, y después de los nuevos salvajes alemanes, se concitan en la obra de casi todos ellos. En Cano, sin embargo, prevalece lo povera, si bien, algunas veces afloran signos de lo anterior, como es el caso del díptico de 1982 que se presenta. Todas estas pinturas son de principios de los ochenta, totalmente transicionales, y en todos ellos se aprecia que están perfectamente informados de cuanto acontecía a nivel internacional. Vázquez está presente en la colección permanente Travesía con la excelente Gudea (1979) habiendo preferido que estuviera representado en la muestra por la excelente y trágica My Lay (1994) que se corresponde a su serie de las Batallas. Civera con dos buenas pinturas, el díptico Ventana azul (1980) que participa de la pintura-pintura, y Caracola (1983) que lo hace de la mano de los nuevos salvajes alemanes, gestual, con sus chorretones. Uslé, también con dos lienzos, lo está precisamente de esto último, si bien el más antiguo, de 1980, está a medio camino. Y Limorti con Ningún día sin línea (1982), muy bien resuelta, en la gestual línea, nunca mejor dicho, centroeuropea alemana.
Estos y otros conceptos, y de forma también harto interesante, también afloran en las obras seleccionadas de otros artistas que se solapan con los anteriores. De Eduardo Gruber (Santander, 1949), hemos seleccionado dos obras, un antes y un después. Otros datos gestuales en sus obras en la misma onda internacional protagonizan las pinturas de Pilar Cossío (Santander, 1950) con una curiosa y muy interesante pieza titulada L´adetto antes del caos (1983), una gestual y orgánica abstracción (1983) debida a Puchi Incera (Santander, 1954) y Juan Mons (Santander, 1947) con Ría de Solía (1984). Artista fundamental en la década de los noventa y en la actualidad es José Gallego (Cosío, Cantabria, 1953), que ya incluimos en el gozne de la transición a hacia la post o tardotransición, donde todos o casi todos se hacen fuertes creativamente…
De entre los figurativos, de aspecto sórdido o con distintas narrativas, se muestran obras de Manuel Fernández Saro (Santander, 1962) conJardines y hombres colgantes (1987), el más atípico Jesús Hoyos (Laredo, Cantabria, 1953-Santander, 1997) con Échate un pulso, Andy Warhol (1983), el terrorífico –por su horror vacui y su habitual iconografía- Jesús Alberto Pérez Castaños (Santander, 1950) con Flying saucers come back (1993) que se le adquirió a principios de los noventa, el Desnudo (1990) de Eloy Velázquez (Belmonte, Asturias, 1949) o la obra de 1989 de Rafael Leonardo Setién (Laredo, Cantabria, 1957).
Enseguida aparecen los post o tardotransicionales. Una sutil, delicada y evanescente abstracción de Pedro Carrera (Reinosa, 1966), una pequeña pintura metafísica de Emilio González Sainz (Torrelavega, Cantabria, 1961), una muy interesante pintura de un jovencísimo Juan Antonio Gómez Bueno (Torrelavega, Cantabria, 1964) titulada Coronas y zapatos (1987), un romántico, áureo y apasionado paisaje de José Luis Mazarío (Castel de Cabra, Teruel, 1963) titulado Cerria, la Isla (1990) o un paisaje de Nacho Zubelzu (Reinosa, Cantabria, 1966).Varias de ellas formaron parte de la primera época, la autonómica y local, de El Puente de la Visión.
Bibliografía general:
- AA.VV.: Memoria de un fin de siglo. Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria. Santander, 2001.
- AA.VV.: Diccionario de las Artes Plásticas de Cantabria (1800-2000) (inédito).
- CARRETERO REBÉS, S.: alma del norte. MAS. Santander, 2002.
- BONET, J. M.: Cántabros en la Colección Norte. Cien artistas y sus obras, cien miradas a la vanguardia creativa de Cantabria. Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria. Santander, 2011.
Organización y producción: MAS / Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander y Cantabria (Ayuntamiento de Santander)
Comisarios: Salvador Carretero e Isabel Portilla
Textos: Salvador Carretero