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Lidia Gil. "Georgia O’Keeffe, un ejemplo de verdad creadora"

Considerada la primera artista norteamericana, por haber forjado su carrera sin salir de su país natal, la trayectoria artística de Georgia O’Keeffe (Sun Prairie, Wisconsin, 1887-Santa Fe, Nuevo México, 1986) supera el calificativo de icono que muchas veces sustituye a un criterio más profundo y disuade del acercamiento real al personaje y su obra. Creadora de un estilo auténtico y personalísimo, O’Keeffe, que vivió por y para su pintura, poseyó una coherencia vital y artística admirable (y más aún por su condición de mujer) que se plasmó de manera directa y sincera en la ingente obra que llevó a cabo en su longeva vida. Conocedora de la vanguardia artística europea a través de las galerías que puso en marcha el fotógrafo Alfred Stieglitz –que se convertiría en su marido-, y de estéticas y filosofías vitales orientales e indígenas, O’Keeffe siempre buscó una verdad en un arte que mostrase su manera de ver el mundo. Haciendo suyo un nuevo concepto de bodegón, flores, piedras, conchas u hojas cobran en sus lienzos una dimensión distinta y, al igual que los poderosos paisajes que realizó, tanto urbanos como desérticos, se convierten mágicamente en sentimientos puros, en estados de ánimo… En su trayectoria se intuye la representación como una necesidad vital, como medio para comprender y sentirse acorde con la realidad, algo que unido a un amor profundo por la naturaleza y la armonía hace de esta artista un interesante y placentero descubrimiento.

 

LIDIA GIL CALVO 

(Santander, 1972)

Estudió Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid. Ha formado parte del equipo de redacción de la revista Arte y Parte, y ha participado en las actividades desarrolladas en Espacio C. Actualmente escribe sobre Arte en diferentes medios y colabora habitualmente con distintas instituciones como el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander y Cantabria (MAS).