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José María Vicente Pradas. Conferencia sobre Venancio Blanco

Venancio Blanco nació en 1923 en el pueblo salmantino de Matilla de los Caños del Río. Allí vivió sus primeros años, rodeado de dehesas, entre toros bravos y caballos. No obstante, su padre era mayoral de las ganaderías de don Argimiro Pérez Tabernero.Al joven muchacho no se le olvidará nunca la fuerza del toro ni la prestancia del caballo, siendo ambos motivos recurrentes en su ingente obra artística.

 

Con ocho años se traslada al cercano pueblo de Robliza de Cojos. Será allí donde se le comience a despertar una cierta inquietud, en un primer momento, más artesanal que artística. Cuando contaba catorce años, el propio ayuntamiento de Robliza de Cojos le concedió una pensión para poder ir a estudiar a la Escuela Elemental del Trabajo de Salamanca. En la ciudad charra residió en casa de unos familiares y, mientras cursaba sus estudios en la Escuela Elemental, comenzó a asistir por la noche a la Escuela de Artes y Oficios. En estas clases nocturnas se produjo un cambio importante en su vida, ya que, como dijera el propio Venancio “En la escuela vi, por primera vez, lo que era la escultura y el dibujo artístico”.

 

En el año 1941 un premio le permitió viajar a Italia. Era el primero del gran número de viajes que realizaría a este país. Posteriormente, una beca de la Diputación Provincial de Salamanca le permitió estudiar desde el año 1943 hasta 1948 en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. En el año 1957 regresa a Italia, pero quizás su viaje más decisivo a este país europeo fuera el que realizó en 1959 gracias a una beca de la Fundación Juan March que le va a permitir comprender en su totalidad el proceso de fundición del bronce. A partir de estos momentos se sucederán sin descanso exposiciones individuales y colectivas, premios y distinciones, en definitiva un claro reconocimiento de la crítica y de innumerables instituciones.

Importantes en su vida fueron también los años de 1969 en el que obtuvo por oposición una plaza de profesor de modelado en las Escuelas de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Madrid, y el de 1975 en el que fue elegido Académico de Bellas Artes de San Fernando.

 

La mayor parte de la producción escultórica de Venancio Blanco es esencialmente figurativa. Así se observa en los temas taurinos, del flamenco, en los retratos y en la obra religiosa. En ocasiones, sin embargo, su sensibilidad artística le lleva a tratar el tema de la música clásica y es, en este momento, cuando su creatividad le conduce hacia la abstracción.

 

Pero si Venancio es el escultor que es, es fundamentalmente por su obra religiosa, una obra religiosa renovada, actualizada, cuya expresividad y hondura es transmitida a través de la materia y de la forma.

 

JOSÉ MARÍA VICENTE PRADAS

Licenciado en Historia del Arte por la Universidad de Salamanca.

Desde 2003 trabaja en la Sede Permanente de la Fundación “Las Edades del Hombre” como Historiador del Arte (Monasterio de Santa María de Valbuena, San Bernardo (Valladolid) donde lleva a cabo distintas actividades en el Centro de Documentación e Investigación.

Ha colaborado así mismo desde 2001 en distintas labores de coordinación y montaje de exposiciones.

En la actualidad está realizando la tesis doctoral que lleva por título “La arquitectura gótica en Zamora y su provincia” bajo la dirección de la catedrática de Historia del Arte de la Universidad de Valladolid, Clementina Julia Ara Gil.

Es autor de diversas publicaciones: VICENTE PRADAS, J.M., y MARTÍN LOZANO, J.E., Santa María de Valbuena. Las Edades del Hombre. Arte y Evangelización, Edilesa, León, 2006; MARTÍN LOZANO, J.E., y VICENTE PRADAS, J.M., Real Monasterio de Caleruega. Cuna de Santo Domingo de Guzmán, Edilesa, León, 2006; VV.AA., Catálogo de la exposición “Yo Camino”. Las Edades del Hombre, Ponferrada, 2007.

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