Exposición

El arte que conecta

El Museo del Prado en Santander

13.11.2024 - 08.12.2024

MAS, c/ Rubio 6


Exposición

JOSÉ GALLEGO

Dibujos transitivos

25.10.2024 - 12.01.2025

c/ Rubio 6, Santander


Vista general de Iñaki Pinedo.

Evento/aluCINE

Iñaki Pinedo. "En la línea del horizonte"

26.11.2024 19.30h

Documental sobre Roberto Orallo


Vista general de Talleres didácticos

Evento/Talleres didácticos

Talleres didácticos

06.11.2024 - 19.12.2024

Noviembre y diciembre en el MAS


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Noticias

Calendario de actividades

Publicado en la web un calendario con los eventos organizados en el MAS.

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Noticias

Reapertura del MAS

El MAS reabre sus puertas después de las obras de reforma con una selección de sus mejores obras.

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Noticias

Presentación libro "MAScolecciones2021. Catálogo sistemático"

Viernes 24 de noviembre de 2023

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Lidia Gil. "Marina Abramovic. El arte del cuerpo: energía, consciencia y autoconocimiento"

Puede resultar increíble que un artista decida darse de latigazos frente al público hasta no sentir dolor, llegar al límite de la asfixia, de la extenuación física o mental... Sin embargo, éstas son acciones que forman parte de una poética concreta cuyos orígenes se pueden rastrear a lo largo del siglo XX y empezó a perfilarse en los años sesenta. Su surgimiento en el contexto del arte conceptual tuvo que ver con un afán de comunicación directa que trascendiera lo convencional, con una necesidad de recuperar la emoción o intensidad artística perdida, de alejarse del arte como mero mercado, de poner al hombre –individuo y cuerpo social- en el punto de mira, de despertar los cinco sentidos del espectador. Se trataba de transmitir mensajes urgentes a una sociedad que permanecía adormecida, cada vez más controlada y engañada bajo los efluvios somníferos de los medios de comunicación en manos del poder político y económico. La situación de entonces no dista mucho de la actual. En la sociedad del espectáculo, la realidad se dulcificaba o disfrazaba hasta convertirse en ficción y lo que en teoría pertenecía al mundo de la ilusión saltó a la palestra de lo real: la sangre corrió de verdad. El espectador se vio involucrado en el hecho artístico como nunca y se sacudieron las mentes del respetable, o al menos esa fue la intención. El arte de acción, de la performance, el arte del cuerpo, son variantes  de una disciplina artística autónoma instituida como tal desde los años setenta.

 

Marina Abramovic es una de sus más grandes exponentes. Nació en Belgrado en 1943. Allí estudió Bellas Artes y pronto descubrió que lo suyo era performar: encuentra en el contacto directo con el público una energía que le permite llevar a cabo proyectos que incluso ponen en peligro su integridad física y mental, con el fin de investigar los límites del ser humano en diversos aspectos. Entiende el arte como una forma de autoconocimiento que puede hacerse extensible al hombre en general, pues trabaja con conceptos muy esenciales atendiendo a los sentimientos individuales, la pareja, la familia, la sociabilidad, la relación con la naturaleza o los enfoques culturales. La herramienta de trabajo fundamental es su propio cuerpo. Sus performances pueden ser más empíricas y directas o de carácter ritual o espiritual. Las primeras datan de principios de los años setenta y en ellas experimenta con la resistencia física, el control mental, el poder del subconsciente, los roles sociales, la ritualización de lo cotidiano o la exorcización del pasado. A partir de 1976 empieza a trabajar con el artista alemán Ulay analizando en sus acciones conjuntas diferentes aspectos de la relación de pareja. Con él realizará importantes viajes a Australia, los desiertos del Sahara, Thar y Gobi, a China o a la India, aprendiendo de las diferentes culturas y modos de vida que explicitarán en sus trabajos. En 1988 realizarán su último viaje a través de la Gran Muralla china, esta vez en direcciones opuestas, haciendo de su ruptura sentimental una hermosa y catárquica obra de arte. Abramovic seguirá trabajando, volcando su particular visión de la vida y sus experiencias personales en una extensísima obra con gran carga emocional y metafórica que continua aún hoy desarrollándose en formato de acciones, performances teatrales, fotografía, instalación, vídeo y talleres que realiza en museos y centros de todo el mundo. En 1997 recibió en la Bienal de Venecia el León de Oro a la mejor artista por su obra Barroco Balcánico en la que ponía de manifiesto las contradicciones de su tierra natal con poderosas metáforas, tratando así de comprender las suyas propias y por extensión, las del ser humano.

 

LIDIA GIL CALVO 

Lidia Gil es licenciada en Geografía e Historia por la Universidad Complutense de Madrid y desarrolla su actividad como crítica de arte de forma independiente.

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